Cuando en la clase de Historia del Arte y del Diseño nos dijeron que íbamos a estudiar el Bauhaus, yo no sabía ni de lo que estaban hablando, por suerte tocamos este tema, porque el conocer a esta escuela de diseño alemana me sirvió para refirmar me desición de dedicar mi vida al diseño gráfico.
Acá les comparto un texto de los tantos que leí y si llego a encontrar la imagen que realice como homenaje en una muestra que se realizó en la Escuela de Artes Visuales Martín A. Malharro, se las comparto.
Una estética del tiempo presente.
El Bauhaus, la escuela de dibujo, pintura y arquitectura que Walter Gropius fundó hace m{as de sesenta años en Weimar (Alemania), ejerció una influencia considerable en el medio, particularmente urbano, creado para el hombre moderno. Así, el Bauhaus dejó su impronta en la concepción de a arquitectura, en el diseño de muebles, de objetos domésticos, de herramientas y de otros múltiples artículos, así como en la tipografía, y esa influencia llegó mucho más allá de su Alemania natal donde la escuela fue clausurada en 1933 tras la subida de los naziz al poder, cuando sus principales maestros y estudiantes emigraron llevando el mensaje del Bauhaus a otros muchos países.
¿Cuál era el mensaje? Para Gropius
, la misión específica de a escuela "era la concepción de una arquitectura moderna, que al igual que la naturaleza humana, abarcara todo" Gropius
propugnaba la unidad de las artes, aboliendo la tradicional distinción
entre el artesano y el artista y tratando de establecer nuevos vínculos entre la producción industrial en serie, los oficios y artesanías, las ciencias, las fuerzas creadoras de la época y las leyes eternas de los materiales. Anhelaba, según escribió después, "sacar al artista creador de su torre de marfil y llevarlo al mundo de la realidad cotidiana". Bajo su dirección, los talleres del Bauhaus
se convirtieron en laboratorios donde se creaban prototipos para la industria. "Aunque esos prototipos se hacían a mano - escribía
Gropius
- sus creadores tenían que estar plenamente familiarizados
con todos los métodos de la producción industrial; de ahí que el Bauhaus
enviara a sus mejores estudiantes a trabajar algún tiempo en las fábricas durante sus estudios". Uno de los aspectos del genio de Gropius
consistió en lograr que os artistas europeos más notables de la época fueran a trabajar
como maestros en la Bauhaus
. "No eran hombres capaces de actuar como músicos sometidos a la batuta del director", señalaba Gropius
; y en efecto, a lo largo de toda su existencia el Bauhaus
suscitó un debate permanente entre esos grandes artistas enfrentados con el problema de descubrir "una relación más autentica
entre la forma y la función, entre la forma y los materiales, entre la forma y los métodos de producción". Wassil
Kandisnky
. Hacía una gramática
de las formas. "El curso de dibujo
del Bauhaus
s una educación de la percepción: en él se aprende a observar
y a representar con presición
no las apariencias exteriores de un objeto sino que sus elementos constructivos
, sus leyes de tensión..." tal es el principio por el que se guiaba al pintor ruso Wassili
Kandisnky
(1866-1944), uno de los grandes iniciadores y teóricos del arte no figurativo, en su enseñanza de dibujo analítico en el Bauhaus
, donde fue profesor de 1922 a 1933. Tras haber abierto el camino a la abstracción con su célebre tratado De lo espiritual en el arte (1911), Kandisnky
quiso elaborar una verdadera ciencia
del arte abstracto en una obra teórica de importancia capital, titulada Punto-linea-plano (1926). En ella analiza de manera rigurosa los dos elementos básicos de la forma, el punto y la línea, primero en abstracto, sin soporte material y luego, según diversos aspectos que adoptan en la naturaleza y en otras expresiones artísticas a más de las plásticas, tales como la arquitectura, la danza, la música y las artes gráficas. A partir de ese estudio, Kandisnky
formula, los principios de una nueva lógica de las formas, fundada e sus "resonancias" interiores y destinada a permitir una síntesis de las diferentes artes gracias a la equivalencia
de sus lenguajes. Según Kandinsky
, la finalidad última de esa ciencia era dotar al artista de un instrumento
que le permitiera dominar sus creación. De ahí la importancia que iniciación a la gramática
de los elementos abstractos tenía en la formulación teórica que Kandinsky
dispensaba a los aprendices - creadores del Bauhaus
.
Un arte para un mundo mejor, por Claude Schaidt"Cuando un joven que se siente creador comienza
, como en otros tiempos, por aprender un oficio, el artista improductivo que era deja de estar condenado a ejercer imperfectamente su are, ya que su oficio, en el que puede sobresalir, le permite cultivar sus dotes .... Concibamos y realicemos todos
juntos el nuevo edificio del futuro, en el que la pintura, la escultura y la arquitectura serán una sola y misma cosa y, que gracias al trabajo de millones de obreros, se elevará
un día hacía el cielo, símbolo de cristal de una nueva fe". Tal era el mensaje del manifiesto fundacional del Bauhaus
. El nombre de este centro de enseñanza de arquitectura y de las artes aplicadas, nacido en Weimar
en 1919 de la fusión de la Academia de Bellas Artes y de la Escuela de Artes Decorativas, significa literalmente
"casa de la construcción
" y recuerda otra palabra mucho más antigua: BAUHÜTTE
(cabaña de los constructores
de catedrales. Trasladado a Dessau
en 1925 y a Berlin
en 1932, cerrado en 1933 con la subida al poder de los nazis
, el Bauhaus
fue dirigido sucesiva mente
por los arquitectos Wlter
Gropius
, Hannes
Meyer
y Ludwin
Mies van der
Rohe
. En el enseñaron artistas como Wassili
Kandisky
, Paul
Klee
, Joseff
Ambers
, Laszlo
Moholy
-Nagy
, Johannes
Itten
, Lyonel
Feininger
, Oskar
Ssclemmer
y Georg
Muche
, por citar sólo a los más célebres. Son muchas las leyendas que corren en torno a esta escuela. De ella puede decirse que fue una comunidad de personajes excepcionales, una síntesis de las artes y de la técnica, una capilla del funcionalismo
, un foco del estilo internacional, una bella utopía izquierdista
de la "belle
epoque
". Aunque no enteramente falsas, estas interpretaciones resultan demasiado sumarias. En la diversidad de los elementos
que lo componían, el Bauhaus
consideraba la creación de un contorno civilizado como "una necesidad vital
del pueblo entero". Su originalidad
consistió en no encasillarse
en esfera del arte y de la teoría sino llevar su acción al ámbito de la cultura material y de la educación. No se limitó a interpretar y comprender la realidad moderna sino que, inspirándose
en todas las fuentes vivas de la época y produciendo una gran abundancia de novedades, la transformó concretamente
, lo que reforzó su influencia. No obstante, atacado constantemente
po r
las fuerzas conservadoras
, cerrado tres veces en catorce años, sólo pudo convertir en realidad una pequeña parte de sus ambiciones. Las tres fases de sus existencia correspondieron
al drama en tres actos de la primera república alemana, la Republica
dse
Weimar
: 1919-1924, el expresionismo
que acaba en la revolución traicionada , el miedo y la inflación; 1925-1929 la esperanza racionalista
en la prosperidad, la técnica triunfante y la gestión social democráta
; 1930-1933, el perfeccionismo
congelado en medio de la crisis, el desempleo y el terror nazi
. De la enseñanza dispensada en el Bauhaus
se encargaron al principio conjuntamente
dos maestros, un artesano y un artista, hasta que de la generación así formada surgieron hombres capaces de ejercer
su doble papel. La formación se impartía
en dos fases. La primera, llamada curso preliminar, consistía en una serie de ejercicios que familiarizaban
al alumno con el manejo de los materiales, las formas y los colores. El alumno liberaba su energía creadora y desarrollaba
su individualidad
a través de la práctica manual y artística y el contacto directo con la naturaleza. En la segunda fase el alumno adquiría , gracías
a la experiencia personal de la producción
propia del artesano, la conciencia profesional que le convertiría en un miembro
responsable del trabajo en equipo en la fábrica. De este modo supo el Bauhaus
transformar el ideal romántico de la vuelta a la artesanía en un medio didáctico para integrar al creador
en la realidad del trabajo y para prepararle a la acción colectiva en la industria. Si los profesores del Bauhaus
se mostraban de acuerdo
en la necesidad del trabajo manual para la formación del futuro creador
industrial, sus opiniones diferían en cambio respecto del carácter de ese trabajo. Para Gropius
, la existencia de la escuela dependía de la producción comercializable
de sus talleres. Por el contrario Kandinsky
veía en ello un peligro. La divisa "Arte y técnica: una nueva unidad" lanzada por Gropius
suscito una viva oposición interna. Feininger
objetaría: "Propugnar la unión del arte con la técnica es incensato
desde todos los puntos de vsita
. Un verdadero técnico se opondrá legitimamente
a toda igerencia
artística
y, por otro lado, la mayor perfección técnica no podrá sustituir jamás a divina chispa
del arte". a lo que mucha gente agregaba: "Arte y técnica no son una nueva unidad. Siguen siendo escencialmente
diferentes en su valor creador ... El elemento formal del arte es un cuerpo extraño en el producto industrial
". Esa nueva unidad, tal como la concebía Gropius
, no tenía la menor posibilidad del ir más allá de la fase experimental
y de convertirse en realidad social en el sistema económico de la Alemania de los años veinte. En su mayoría los miembros del Buahaus
tenían solo una conciencia limitada de esa incompatibilidad
. No viendo como adaptar su acción a las relaciones de producción existentes trataban de resolver en el plano estético los problemas económicos y sociales
que planteaba la trasnformación
por ellos preconizada. En su opinión era posible sustituir las condiciones
históricas necesarias para la realización de su ideal mediante la búsqueda apasionada de un nuevo vocabulario formal. Pero ese vocabulario fue rápidamente "recuperado" por los proveedores de una "elite
" ávida de modernidad, mientras que el público popular, al que estaba destinado, sólo recibía de él migajas degenaradas
e incomprensibles
. Para Hannes
Mayer
, su sucedió a Gropius
en la dirección del Bauhaus
, el problema de la calidad de la vida depende exclusivamente
de las relaciones entre el arte y la técnica: si el creador quería desempeñar una función social eficaz debía aliarse con el movimiento obrero en lucha por las transformaciones
de la sociedad. Esta concepción entrañaba la creación de productos en serie destinados a alas clases más desfavorecidas
, abandonando así las especulaciones
estéticas
reservadas a un pequeño circulo de iniciados. Semejante viaraje
en la orientación de la escuela tuvo como consecuencia
que aumentara la importancia
de las ciencias exactas en su programa de estudios y que se intensificara
el trabajo productivo; pero fue considerado como una traisión
por quienes concebían el Bauhaus
como una ciudadela del arte. Meyer
pagó un alto precio por sus ideas: fue destituido de su cargo después
de dos años y tres meses de ejercerlo. Pero en ese lapso de tiempo puso en práctica un programa de educación politécnica que conciliaba el pensamiento y la acción y que atribuía su justo valor al fervor creador de los estudiantes y de los profesores. La fertilidad constante de esta efímera institución
está intimamente
relacionada con el clima político y pedagógico de la época. El Bauhaus
materializaba
, en pequeña escala, la inmensa esperanza de una vida nueva que animaba a centenares de millones de hombres al terminar la primera guerra mundial. Sin esa esperanza nacida del derrumbamiento
de las últimas grandes monarquías, de la constitución
de nuevas naciones y del salto hacía adelante de las fuerzas productivas, el Bauhaus
, no habría sido lo que fue. La profusión de la audacia de los experimentos
realizados por el Bauhaus
se explican, en gran parte por esa convicción de que entonces todo era posible. " El arte y el pueblo deben formar una unidad: el arte ya no debe ser el privilegio de una minoría sino la felicidad y la vida de las masas populares; nuestra finalidad es la integración de las artes en una arquitectura
", había proclamado en 1919 el Arbeitsrat
für
Kunst
, al que pertenecía Walter
Gropius
. El Bauhaus
actuó con esa perspectiva revolucionaria
.